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No son lugares recónditos ni destinos de lujo. Son, sencillamente, esos pequeños refugios donde consiguen descalzarse, olvidar el estrés y la rutina, y cargar pilas para volver a inspirar sus vidas.
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Raquel Sánchez Silva: Formentera
“Busco conocer bien mis destinos”
Mis vacaciones ideales poco tienen que ver con los días de descanso de anuncio. Tengo un destino con el que sé que no me voy a equivocar: Formentera. Pero soy mucho de descubrir nuevos sitios. En los viajes busco el conocimiento real de los lugares a los que voy. Es fundamental contemplar, caminar y mezclarse. Mirar por la ventana de un coche o un autobús mientras recorres un lugar te enseña mucho. Pasear con los ojos abiertos sin estar permanentemente detrás de una cámara de fotos, más aún. Sentarte en una plaza y acabar jugando con los niños te integra. Para mí los viajes son, por encima de todo, un camino de transformación y evolución. Si vuelves de un viaje igual que te fuiste, en mi opinión no has viajado. Te has desplazado, que es otra cosa. Si solo ha cambiado el color de tu piel, tampoco has viajado. El viaje es siempre un privilegio y creo que la mejor forma de aprovecharlo es vivirlo con intensidad. Por lo tanto, viaja, llévate cuatro pañuelos, péinate de otra forma, deja tus perfumes, huele los lugares, come con su gente y vuelve renovado, renacido, tocado para siempre.
Màxim Huerta: Altea
“Sueño con veranear hasta aburrime”
Llevo tantos años sin vacaciones, que se me han olvidado. Mi verano perfecto no consiste en irme solo unos días y desconectar, sino en veranear, como cuando era pequeño.
Hace siete años que sueño con estar sin horario, sin móvil, con el verano de caña a las 12 y horchata por la tarde... Cuando acabe mi novela, me voy a largar a una playa perdida de Venezuela con tres camisetas y dos bañadores. Al volver, continuaré ese verano en Altea hasta que tenga la sensación de aburrirme. Esos días lentos en los que me levanto cuando el cuerpo lo decide, me pego un desayuno largo con mi madre y un baño tempranero. Después, me tumbo al sol y no me doy cuenta de que es mediodía hasta que llegan mis dos primas, que están llenas de energía. Su llegada es lo que yo denomino “la llamada de la cerveza”. Ese aperitivo con ellas me devuelve la vida, me encanta.
Las nutricionistas (también) comen fuera
Raquel Sánchez Silva: Formentera
“Busco conocer bien mis destinos”
Mis vacaciones ideales poco tienen que ver con los días de descanso de anuncio. Tengo un destino con el que sé que no me voy a equivocar: Formentera. Pero soy mucho de descubrir nuevos sitios. En los viajes busco el conocimiento real de los lugares a los que voy. Es fundamental contemplar, caminar y mezclarse. Mirar por la ventana de un coche o un autobús mientras recorres un lugar te enseña mucho. Pasear con los ojos abiertos sin estar permanentemente detrás de una cámara de fotos, más aún. Sentarte en una plaza y acabar jugando con los niños te integra. Para mí los viajes son, por encima de todo, un camino de transformación y evolución. Si vuelves de un viaje igual que te fuiste, en mi opinión no has viajado. Te has desplazado, que es otra cosa. Si solo ha cambiado el color de tu piel, tampoco has viajado. El viaje es siempre un privilegio y creo que la mejor forma de aprovecharlo es vivirlo con intensidad. Por lo tanto, viaja, llévate cuatro pañuelos, péinate de otra forma, deja tus perfumes, huele los lugares, come con su gente y vuelve renovado, renacido, tocado para siempre.
Màxim Huerta: Altea
“Sueño con veranear hasta aburrime”
Llevo tantos años sin vacaciones, que se me han olvidado. Mi verano perfecto no consiste en irme solo unos días y desconectar, sino en veranear, como cuando era pequeño.
Hace siete años que sueño con estar sin horario, sin móvil, con el verano de caña a las 12 y horchata por la tarde... Cuando acabe mi novela, me voy a largar a una playa perdida de Venezuela con tres camisetas y dos bañadores. Al volver, continuaré ese verano en Altea hasta que tenga la sensación de aburrirme. Esos días lentos en los que me levanto cuando el cuerpo lo decide, me pego un desayuno largo con mi madre y un baño tempranero. Después, me tumbo al sol y no me doy cuenta de que es mediodía hasta que llegan mis dos primas, que están llenas de energía. Su llegada es lo que yo denomino “la llamada de la cerveza”. Ese aperitivo con ellas me devuelve la vida, me encanta.
María Dueñas: Cabo de Palos
“Quiero sentir el calor y la sal en la piel”
El verano de 2012 se anticipa ajetreado, lleno de viajes movidos por cuestiones profesionales, entre los que espero poder arrancar algunos días para el dolce far niente, que es mi mayor placer tras un año intenso. El solsticio de verano me pillará en Roma y, a mitad de julio, volaré a EE.UU. para pasar dos semanas intensas promocionando mi libro. Agosto me llevará a Berlín y al festival de Edimburgo y, en septiembre, volveré a las Américas. Pero, en medio de toda esta vorágine, me escaparé a Cabo de Palos (Cartagena), a vivir sin horarios y a bañarme en el mar, a beber gazpacho día y noche, a leer hasta las tantas de la madrugada y a sentir el calor y la sal en la piel.
Juan Mari Arzak: Formentera e Ibiza
“He pasado muchos veranos en un barco”
Veraneo en Ibiza y Formentera desde 1974. Las Pitiusas son unas islas mágicas. Voy con la familia, con mi mujer y alguna de mis hijas. Tengo grandes amigos allí desde hace muchos años, gente de mi oficio. Hago vela. De hecho, antes vivíamos en un barco. Solemos quedarnos en Ibiza y pasamos el día en Formentera. Tengo un amigo ahí, Johnny, dueño de dos restaurantes, Es Molí de Sal y El Pirata, que es donde más tiempo paso, aunque también lo hago en la playa de Illetas. Allí está el restaurante Juan y Andrea, muy bueno. Hay otro restaurante en Ibiza, en Vara del Rey, que se llama Can Alfredo, y por ahí también ando.
Manuela Velasco: Cabo de Gata
“Veranear es estar todo el día descalza”
Al ser de una ciudad del interior, lo que más me gusta cuando tengo vacaciones es irme a la playa. El verano es notar esa sensación de quitarte la ropa, de ir descalza todo el día, en biquini, de no usar perfume, de estar en contacto con la naturaleza y con el agua del mar... Mi lugar para escaparme es Cabo de Gata (Almería). El parque natural está lleno de contrastes: el mar, el desierto alrededor, la comida, la gente... Esa zona tiene un toque cinematográfico. ¡Se han rodado muchas películas! Mi padre [técnico de televisión] hizo la serie Curro Jiménez allí, y mi madre y yo pasábamos meses acompañándole. ¡Hasta aprendí a nadar en esas playas!
Juanjo Oliva: Maceio, Brasil
“Combinación diez: playa y ciudad”
Mi destino ideal de vacaciones debe ser una mezcla perfecta, con ingredientes urbanos y playeros. Me gustan mucho las ciudades, con lo que ello conlleva: paseo, museos, compras, noche, comida... Pero también me encanta tener la posibilidad de desconectar totalmente: playa, libro, sol, siesta... Esto es lo que hice en mis últimas vacaciones, en Brasil: primera etapa, Río de Janeiro; segunda etapa, Maceio, un pequeño resort en Barra de San Miguel... Descanso total.
Trinidad Jiménez: Málaga
“Adoro los lugares costeros y tranquilos”
En primer lugar, me gusta estar con mi familia y aprovechar para, realmente, poder disfrutar de ella. En segundo lugar, un destino ideal es un sitio donde haga buen tiempo y haya mar. En verano, me encanta estar en lugares costeros y que sean tranquilos. Y después necesito un montón de libros, y si pueden ser policiacos o novela negra, mejor. Suelo pasar el verano entre el sur, en mi Málaga natal, y Galicia.
Diego Martín: provenza francesa
“Mi destino está fuera del circuito turístico”
Mi paraíso particular está perdido en una zona de la campiña francesa, aislada de todo circuito turístico, en una casa familiar rodeada de un paisaje maravilloso, donde el calor es aguantable y las noches deliciosas. La vida se reduce a empezar las jornadas con los inolvidables desayunos franceses, lectura y piscina, juegos con los niños, siestas entre notas de lavanda... Al atardecer, paseos y visitas a pueblos cercanos y cenas bajo el cielo estrellado más increíble que he visto. Antes de ir a la cama, un poco más de lectura, y a dormir con el silencio más absoluto que uno pueda imaginar. Voilà mi paraíso.
Vicente Vallés: Lanzarote
“He redescubierto una isla espectacular”
Mis vacaciones ideales son aquellas en las que puedo mezclar el sol y el mar con la visita a lugares que no conozco o a los que quiero volver. Disfruto mucho en una playa bonita, con mi familia y con un buen libro. Supongo que todos los que vivimos tierra adentro tenemos una cierta añoranza del mar. La última experiencia de ese tipo la he tenido en Lanzarote. Ya sabía que es un lugar maravilloso, porque había estado antes. Pero esta vez he tenido más tiempo para recorrer la isla, para recrearme en la espectacularidad de sus cráteres, en su asombroso horizonte volcánico. Y, sobre todo, en la hermosura de sus pueblos y en la amabilidad de sus gentes. Otra opción buena es un crucero. Solo hay que elegir bien el recorrido.
Rosario Flores: Cádiz
“¿Mi lugar? Una playa salvaje”
Me encanta disfrutar del descanso en la playa, pero no en cualquiera, sino en una playa salvaje, lejos de la civilización, sin chiringuitos ni hoteles, y muy en contacto con la naturaleza. Me gusta pasar mis vacaciones en compañía de mis hijos y de algunos amigos. No me planteo coger un avión para viajar a ningún sitio ni alojarme en un hotel. Eso ya lo hago el resto del año, cuando estoy de gira. Mi verano es otra cosa. Me gusta dedicar mi tiempo a la pintura, una de mis grandes aficiones, y aprovechar para leer o para jugar con mi hijo pequeño. Aprecio esa tranquilidad alejada del mundo entero.